Escrito por Teresa Melo (Coordinadora del Taller de Poetas del Caribe y el Mundo “Jesús Cos Causse”
Quijote Negro: así llamaban al poeta Jesús Cos Causse. Es difícil visualizar la Casa del Caribe y no verlo en su banco favorito. Una risa clara y una frase para mí: “Negra, eso no tiene problemas”. Me la dijo tantas veces que desde hace 11 años continúo la obra que fundó, al crear el entonces Taller de Poesía del Festival, que hoy se llama Encuentro de Poetas del Caribe y el Mundo Jesús Cos Causse, en su homenaje. Sé que también se hubiera reído de esto, él, tan ajeno a formalidades. Le hice una promesa (delante de Pedro López Cerviño, poeta y entonces director de Cultura, y de Orlando Vergés), cuando pidió pocos meses antes de morir que fuera yo la que coordinara “a los poetas”. Sin tener su enorme simpatía y carisma, he cumplido y seguiré honrando ese deseo.
Cos Causse quedaba en su banco, conversando con cualquiera que entrara a la Casa, y yo me iba a ver un rato a Joel James Figarola, siempre acompañado de un joven Vergés, a quien con mucha lucidez Joel formaba para que fuera su continidad en futuro. Si al momento de conocerlo hubiera tenido conciencia de la hondura de su pensamiento y su brillantez, me habría paralizado, porque me desarma la inteligencia. Pero Joel tenía esa gracia y desenfado que ponía cómodo el ánimo; gran conversador, amigo. También temible por las verdades que decía al desnudo. Yo le llamaba “corazón de hombre”, por esa planta pequeña con usos de la medicina tradicional.
Ambos, junto al dramaturgo Rogelio Meneses, y otros amigos que son grandes de la cultura cubana, fundaron, sostuvieron y cimentaron lo que es hoy el Festival y la labor diaria de la Casa del Caribe, con sus revistas, investigaciones, archivos, peñas, grupos portadores; cultura rescatada y valorada por estos que una vez fueron jóvenes con voluntad para hacer. Les regalo estas fotos, tesoro que me entregara Camilo, uno de los hijos de Cos: ahí está la única que poseo con él. Ahí están los rostros admirados de Raúl Pomares, Sergio Corrieri, Marta Rojas, Desiderio Navarro, Waldo Leyva…, santiagueros y no, habituales y visitantes, todos queridos; algunos que ya solo podemos visualizar cuando entramos a la Casa, cuando llegan los días del Festival, y sentimos que nos acompañan y se ríen y susurran en diálogo cómplice desde la eternidad.
Larga vida a nuestros Quijotes del Caribe…