Lic. Flaviana Alejandra Moreno Herrera
Estudiante de la Maestría institucional en Historia
Estudiante de la Maestría institucional en Historia
En los recovecos de un largo proceso de construcción del Estado laico mexicano, y cuya laicidad todavía es hoy cuestionable, se ha colocado -además- un visible fenómeno de cambio religioso en el país que, en el último censo del INEGI 2020, arrojó resultados considerables en lo que respecta al decrecimiento del catolicismo, la elevación de protestantes o cristianos evangélicos, los mexicanos que se adscriben a “otras religiones”, “creyentes sin religión” y los “sin religión”. Pero visibilizar las minorías religiosas ha representado un reto metodológico porque los censos todavía revelan una obtención muy pequeña de muestras que no terminan de expresar la totalidad de dicha diversidad y sus cualidades, además, las condiciones para ello dependen de contemplar la realidad de una nueva subjetividad contemporánea, por la que los individuos eligen activamente las creencias y prácticas mediante las cuales consideran relacionarse con lo trascendental o sagrado en una lógica desinstitucionalizada y altamente subjetiva (Gutiérrez, De la Torre, 2020). Es en este contexto donde propongo un estudio histórico de las religiones cubanas de sustrato africano en México, pero desde el seguimiento de la formación de sus núcleos de práctica, mejor conocidos como familias religiosas. El presente trabajo es parte de la investigación de tesis que realizo sobre la formación de los núcleos de práctica de la Regla de Ocha en la ciudad de Morelia, Mich,. México. Ello ha representado algunas consideraciones metodológicas para su abordaje, las cuales expondré con esta participación.